Por primera vez, una publicación de referencia incorpora a un catador argentino; se trata de Joaquín Hidalgo, para Vinous por Rodolfo Reich Los números a veces son muy elocuentes. Apenas un puñado de diez países -incluyendo a la Argentina- produce más del 80% del vino que se bebe en el resto del mundo. Esto significa por un lado que nuestro país es uno de los grandes jugadores vitivinícolas del planeta; y por el otro que la búsqueda por acceder a la góndola global es intensa y competitiva. En una buena vinoteca de Nueva York o Londres habrá miles de etiquetas disponibles, con cientos de bodegas de los cinco continentes intentando seducir al mismo consumidor. «Es ahí que las guías y los puntajes cobran relevancia. Funcionan como una ayuda para los consumidores, importadores y distribuidores, que no pueden por sí solos probar todo lo que hay disponible», explica Joaquín Hidalgo, periodista argentino elegido hace un año como catador de Argentina y Chile para Vinous, una de las más influyentes publicaciones en los Estados Unidos. Hasta ahora, los medios más reconocidos del mundo -la propia Vinous, Wine Spectator, Wine Advocate, Decanter, FrancisRobinson.com y JamesSuckling.com, entre otros- poseían (y todavía poseen) en exclusiva catadores extranjeros a cargo de probar los vinos de Sudamérica, en muchos casos incluso sin necesidad de visitar la región. La elección de Joaquín Hidalgo gana así relevancia, ya que se trata de la primera vez que una de estas revistas elige a un especialista local, que conoce la cultura y los modos de beber y de producir del país. «Hasta el año pasado, el responsable de puntuar nuestros vinos era Stephen Tanzer. Él había estado en Argentina por última vez en 2016 y solía escribirme para consultarme algunas cosas respecto del mercado local. En 2018 me llamó y me dijo que estaba buscando alguien que se ocupe de los vinos argentinos y chilenos. Así, el año pasado me tomó una prueba: fui a Nueva York a catar junto con él 450 etiquetas, para ver si compartíamos criterios similares. Por suerte fue así: si bien él es un poco más amarrete (yo suelo estar uno o dos puntos por arriba), los criterios que tenemos son parecidos. Fue entonces que me confirmó el trabajo. Este año presenté mi primer reporte de vinos de Chile, otro de vinos blancos de Argentina, luego un gran degustación, con unas mil etiquetas de productores que venden o están intentando vender en Estados Unidos. Trabajo con la colaboración de Wines of Argentina, que me ayuda en la logística y armado de los viajes. Y ahora estoy escribiendo una nota sobre terroirs, con foco en los Valles Calchaquíes», explica Hidalgo. La pregunta que surge es si realmente le sirve a la región contar con un catador local o si, por el contrario, esa localía no conlleva a perder cierta objetividad. «Creo que una de las cosas más difíciles a la hora de juzgar un vino es entender a ese vino en su contexto, en la búsqueda de cada bodega, incluyendo su consistencia y la capacidad que tiene de perdurar en el mercado. Estando cerca de las regiones y de sus protagonistas es más fácil entender los giros, los cambios, las excepcionalidades que se van dando. En Vinous por ejemplo las catas no son a ciegas, para permitir entender todo eso. Conocer al productor te permite poner en valor los vinos, incluso más allá de tu gusto personal». Por lo pronto, otra ventaja de contar con un catador local en revistas de los grandes países importadores es la posibilidad de ganar espacio en sus publicaciones. «Antes salía una nota de Argentina por año; ahora ya escribí cinco y estoy armando dos más», cuenta Joaquín. «Es una manera de darle relevancia y escala a los productores locales. Lo mejor de todo es que no estamos inventando nada: ya tenemos esa relevancia, somos el quinto país productor del mundo, con mucho para decir y todavía con un gran camino por recorrer». Mucho se discute entre periodistas, sommeliers, catadores e incluso consumidores sobre la importancia y lógica de los puntos a la hora de calificar un vino. Este año James Suckling otorgó varios puntajes perfectos (100 sobre 100) para vinos de la Argentina, mientras que en el último reporte de Vinous solo tres vinos lograron un máximo de 97 puntos, y el 50% de los 1000 vinos probados estuvo debajo de los 90 puntos. «Cada medio tiene sus propios criterios. En los últimos años vimos una suerte de inflación en los puntos, donde pareciera que si no tenés 90 puntos o más fracasaste. Para Vinous, un vino de 88 puntos ya es muy bueno. Y eso le hizo ganar mucho respeto en el mundo. Nuestra crítica puede ser vista como dura, más difícil que otras, pero es coherente. Y cuando un productor me llama para preguntarme por qué puse determinado puntaje, tengo mis razones para explicarlo. Hasta ahora, todos los entendieron». Por: Rodolfo Reich 12/12/2020 fuente