El 24 de marzo planean descorchar las primeras botellas que están estacionadas en el fondo del mar. La casa vinícola tiene viñedos en la Patagonia Argentina, y el emprendimiento se lleva a cabo en el Golfo San Matías.
Según las historias que se cuentan de boca en boca a lo largo del paso del tiempo, muchas veces los aventureros que investigan barcos hundidos han encontrado dentro de ellos botellas de vino a las que los efectos del tiempo debajo del agua las ha particularizado y, a su vez, dejado su contenido perfecto. Aquellos que se animaron a descorcharlas, quedaron sorprendidos por lo que bebieron; pues ese elixir mostró evolución inesperada. Es por eso que algunos aseguran que el fondo del mar es una excelente bodega.
Sin estar seguro de que esos relatos sean verosímiles, pero comentando experiencias en varios lugares que lo acreditan, el enólogo Fabián Valenzuela comentó a la periodista Vanesa Miyar. «En Croacia hay bodegas submarinas de esta clase, y también en España. No hemos querido ser menos… y en Las Grutas armamos una. El 24 de marzo, para la Fiesta Nacional del Golfo, descorcharemos las primeras botellas del Malbec que desde el último septiembre se está añejando en el fondo del mar del Golfo San Matías”.
Valenzuela es el winemaker de bodegas Tapiz, ubicada en Maipú, Mendoza. Sin embargo, desde hace años también poseen dos bodegas en Viedma. Las uvas con las que vinifican en Río Negro crecen en 60 hectáreas de tierra ubicadas en San Javier. De hecho los vinos que se beberán luego de retirarlos del mar fueron elaborados con el resultado de la quinta cosecha en la región.
“Son cosecha 2018. Por eso, si esos vinos hubieran estado en una bodega en tierra, recién a fines de este año o en 2021 estarían listos para tomar. Pero en el fondo del mar el añejamiento se acelera. Dicen que tres años de estacionamiento en tierra equivalen a uno en el océano. Por eso, tendremos el placer de descorcharlos tras seis meses de espera en nuestra bodega submarina”, explicó Fabián a Rionegro.com.ar.
El enólogo comentó además que el mar genera otros beneficios: «La presión, la luminosidad que existe en el lecho marino, el movimiento permanente… todo eso hace que se saque el mejor potencial del producto. Los aromas son más intensos, y el sabor más sutil”, detalló.
Por ahora en el fondo del mar hay 300 unidades. Se trata de vino Malbec, y la marca es “Wapisa”, que significa ballena en la lengua yamana, la que utilizaban los pueblos originarios de Tierra del Fuego). La etiqueta de las botellas tiene el dibujo de una cola que emerge fuera del agua, como las de los cetáceos que, de julio a septiembre, suelen visitar el Golfo.
Para transportarlas y que queden estacionadas en el océano se armaron canastos de acero inoxidable. Las botellas fueron diseñadas de forma especial. No tienen papel, sino que fueron pirograbadas (grabadas en el vidrio). «Sus corchos, naturales y de alcornoque, están lacrados y sellados con una silicona especial. Todo eso garantiza que no haya afectación al medio ambiente marino. Porque toda la iniciativa contó con el respaldo de un estudio de impacto ambiental”, informó Claudio Barbieri, de Cota Cero. la empresa de buceo con la que se alió Tapiz para lograr este emprendimiento.
La particularidad de la propuesta, sin embargo, no está sólo en el gusto del vino. El mar transforma las botellas en objetos artísticos. Cada una de ellas tendrá diseños únicos, nacidos del contacto con esa naturaleza.
28/2/2020 Fuente