El vino es trabajo, familia, festejo, es amor… también es protagonista de este momento difícil. No vemos la hora de poder superarlo, volver a reunirnos y decir ¡salud! Por Juanjo Larrondo, especial para Yo Como @juanjo_larrondo El vino es parte de la vida de la mayoría de los argentinos. Para algunos tiene que ver con su cotidianeidad, para otros es una conexión con su pasado, con sus recuerdos más queridos, con sus abuelos, con su infancia. Para casi ninguno pasa desapercibido. Y no solo notamos nosotros, los nacidos en esta tierra, esa simbiosis entre la patria y el vino. En el mundo también somos vino. Tan metido en el adn argento como el fútbol, la carne, el tango, Maradona, Messi o la capacidad de resiliencia para escapar de las difíciles. El resto de los mortales saben que acá se respira vino y muchos viajan para comprobarlo. Ana Viola, CEO de Bodega Malma Wines. Foto gentileza En busca de ese sentimiento tan profundo hablamos con los protagonistas. ¿Qué significa el vino para sus vidas y las de su familia? Ana Viola, CEO de Bodega Malma Wines, dice que “el vino está presente en tantos niveles de nuestra vida que ya es difícil separarlo de nosotros mismos. Está en nuestra cabeza cuando nos levantamos a la mañana y miramos el pronóstico del tiempo más preocupados por el bienestar de los viñedos que para saber si nos debemos abrigar. Está cuando hablamos del futuro de nuestros hijos pero también del presente de todos los que trabajan codo a codo con nosotros. Vino nuestro, de nuestros amigos, de nuestros competidores. El vino es fuente de trabajo, de alegría, de unión, es cultura y es también un ancla al terruño y un motivo de orgullo”. Para Horacio Bibiloni, enólogo de Bodega Humberto Canale, “el vino es mucho más que una bebida, reúne a la gente y siempre está presente en cada situación que tenga real importancia para las personas”. Victoria Brond, enóloga de Bodega Alpamanta. Victoria Brond, enóloga de Bodega Alpamanta, siente que la enología es mucho más que una profesión, es su forma de crear, de formar lazos, de construir equipos de trabajo, de entregar cariño y le da la posibilidad de brindar vinos que sean espectadores de momentos inolvidables. “Para mi familia el vino y todo lo que lo rodea es la forma de transmitir a mi hijo el amor por la naturaleza, el compromiso y el trabajo”. Ricardo Galante es enólogo de Bodega del Fin del Mundo y explica que el vino es su pasión llevada al trabajo y, por lo tanto, un modo de vida. Dice que “el vino se define en el compartir. Siempre que pienso en el vino pienso en compartir con la familia, con los amigos, hasta con los consumidores que a través de las redes sociales me envían una imagen en situación de consumo con algún vino de los que elaboro. Todo lo que rodea al vino se resume en el disfrutar un momento y compartir con los más queridos con una copa en la mano”. Clara Roby, enóloga de Bodega Los Toneles, se siente afortunada por el camino que eligió. Para ella “el vino y el viñedo son una pasión y tengo la suerte de poder dedicar mi vida a ello. El vino es sinónimo de trabajo, de tradición, de motivación, de desafío y sobre todo es un compañero de momentos placenteros. No es una bebida, es un estilo de vida”. Nicolás Navío,de Patritti. Nicolás Navío, enólogo de Bodega Patritti, explica que «el vino para mí es todo. Es mi trabajo, es mi familia, son mis amigos. Siento que quise ser enólogo desde que nací para estar en contacto con el vino en todo momento. Me crié frente a un viñedo y seguí el hermoso camino del vino con naturalidad». Pablo Navarrete, enólogo de Bodega Vinos de la Luz. Pablo Navarrete, enólogo de Bodega Vinos de la Luz, cree que “el vino es estar presentes en muchos hogares, es el resultado diario del trabajo de un conjunto de personas y es representar a la Argentina en el mundo cuando hablamos de llevar lo elaborado con tanto cariño al exterior”. Leonardo Puppato, enólogo de Bodega Familia Schroeder, inició su relación con el vino desde muy chico ya que es de una familia vitivinícola, con abuelos, padres y padrino elaboradores de vinos. Se crió disfrutando de los viñedos y correteando por bodegas así que siempre tuvo claro a lo que se quería dedicar. «El vino es la bebida más sana que existe y así lo disfruto. Siempre está presente, en mi trabajo diario y en la mesa con mi familia. El proceso de elaboración es largo y hay mucha gente involucrada en cada botella que llega al consumidor. Cada año es diferente y lo lindo es que nunca terminas de aprender y de esperar el mejor vino ¡que siempre está por venir! Queda claro que el vino es trabajo, es familia, es encuentro, es unión, es alegría, es festejo, es amor. Por eso también es protagonista de este momento difícil. No vemos la hora de poder superarlo, volver a reunirnos y decir ¡Salud! 08/06/2020 fuente