Si bien puede haber variables, las plantas, en general, no darán uvas en su primer año de crecimiento. La elaboración de un vino es por muchos considerado un arte. Y, como todo proceso artístico, puede llevar su tiempo. A diferencia de lo que puede suceder con otras plantas, la vid puede tardar años en dar un fruto que se traduzca en un buen vino. Como lo explica “Dr. Vinny” en Wine Spectator, las vides se plantan por lo general en primavera y, por mucho que crezcan esa temporada, las probabilidades de que los primeros frutos estén para la época de cosecha son muy bajas. Tal como se sabe, la vid no se planta a través de semillas, sino que generalmente se plantan como vides muy jóvenes que han sido injertadas. Los primeros resultados pueden empezar a verse recién una temporada después. Al año siguiente, el viticultor puede encontrarse con mucho crecimiento en algunas uvas, pero no será la primera cosecha apta para vinificar. Es habitual que estos frutos sean en su primer año de granos muy pequeños y ácidas. Ya en la tercera cosecha, los productores pueden obtener un rendimiento adecuado de las uvas para hacer vino. “En la jerga del enólogo, cada temporada de cultivo recibe el sobrenombre de ‘hoja’. Entonces, una vid estará lista para producir uvas para vino de la ‘tercera hoja’”, argumentó el experto. Sin embargo, no todos optan por elaborar vino con esa primera cosecha. Incluso, algunas bodegas no utilizan esas uvas hasta que el viñedo tenga al menos diez años de vida. Y para su mejores vinos pueden incluso esperar un tiempo aún mayor. Mientras tanto, esas uvas pueden ser usadas para hacer vinos de gamas menores o se venden a otras bodegas. 11/5/2021 fuente