Lo que había asomado tímidamente como una tendencia, ahora es una modalidad que demostró que llegó para quedarse: las degustaciones online, en tiempos de aislamiento social obligatorio, están demostrando su efectividad.
Las bodegas necesitan comunicar y periodistas, sommeliers y jugadores del sector comercial necesitan estar actualizados. Frente a ello, las catas a través de plataformas como Zoom se convirtieron en el canal ideal para que la rueda de la industria del vino pueda seguir girando.
Y, además de presentar nuevas cosechas o nuevas etiquetas, las bodegas ahora también utilizan este canal para dar a conocer sus vinos de más alta gama.
Esto es lo que hizo, justamente, Bodegas Bianchi al realizar una degustación online en la que incluyó su vino Enzo Bianchi Gran Malbec 2017, elaborado a partir de viñedos de Los Chacayes. Esta etiqueta, que tiene un precio sugerido de $3.920, es una de las más recientes creaciones de la bodega y acompaña, en la punta de la pirámide del portfolio de vinos, al mítico Enzo Gran Corte, elaborado con uvas de San Rafael.
Así, tras enviar previamente los vinos a los periodistas invitados, la bodega organizó una cata vía Zoom que fue comandada desde Mendoza por Silvio Alberto, gerente de Agronomía y Enología de Bodegas Bianchi.
«Cuando entramos a la bodega, lo hicimos porque teníamos una finalidad: actualizar y modernizar el estilo de los vinos. Y eso es lo que buscamos en nuestros vinos de alta gama, desde la línea Famiglia hacia arriba», explicó Alberto, copa en mano.
«Y estamos en ese camino: hoy es posible encontrar la fruta, la vivacidad, algo de graso, pero mucha frescura. Eso permite obtener vinos que sean bebibles y que inviten a tomar otra copa», agregó.
Y en esta historia, la irrupción de Bianchi en el Valle de Uco, tras décadas de haber estado asociada su historia únicamente a un terroir noble como San Rafael, significó un cambio rotundo. Y, para el enólogo, fue una jugada que no pudo haber salido mal porque hacía tiempo que conocía el potencial de los viñedos que terminó adquiriendo la bodega en esa región de Mendoza.
«Bianchi demostró que puede mantener ese espíritu de innovación. Al adquirir una nueva bodega y nuevos viñedos en Los Chacayes, se posicionó en un terroir con un potencial realmente increíble. Es una zona que te va a dar siempre mucho color, mucha fruta, ese toque mineral y, en boca, buena potencia y mucha frescura», explicó Alberto, copa en mano.
Y esa dosis de aventura con conocimiento del terroir se cristalizó en el nuevo Enzo Bianchi Gran Malbec 2017 que, como se mencionó, complementa al mítico Enzo Bianchi Gran Corte. Se trata de un vino que continúa con un legado, pero que también debe valerse por sí mismo para empujar las fronteras de la bodega. Y eso implica una mochila bastante pasada para cualquier vino. Pero en la copa, esta etiqueta muestra que tiene con qué.
«Fue todo un desafío tratar de sacarnos de la cabeza la tradición del vino Enzo Bianchi Bianchi Gran Corte, con uvas de San Rafael. Buscamos un 100% varietal, específicamente Malbec, y lo encontramos en un pequeño cuartel de uno de los viñedos de Lo Chacayes», resalta el experto.
Alberto explicó que fue una suerte de amor a primera mordida: «Cuando caminaba por ese cuartel y probé las uvas, ahí me di cuenta que estaba ante algo muy particular». Luego sí vino la sintonía fina en la bodega, que incluyó un trabajo muy sutil y planificado al detalle, incluyendo la selección de tonelería y una práctica casi obsesiva del battonage para jugar con las lías y ganar graso y volumen en boca.
«Es un vino que va del viñedo a la copa, no hay mejor manera de expresar esto: este vino tiene la esencia de esas uvas probadas al pie del cuartel», rememoró, para luego destacar su complejidad, la entrada dulce, su buen volumen y su acidez refrescante.
¿Qué propone este vino?
iProfesional degustó Enzo Bianchi Gran Malbec 2017 durante la cata organizada vía Zoom y se encontró con dos conceptos que dominan: elegancia y frescura. Qué bien se percibe esa fruta roja, sanamente madura y en alta definición, que juega con un fondo especiado y con esas capas que recuerdan a la salvia y al tomillo. Los aromas propios de la madera acompañan y muestran el arte del manejo sensible de la barrica: aportan toques vagos de especias dulces, pero nunca invade. En boca exhibe un gran volumen y mucha amplitud, con unos taninos definidos por la textura, con esa rugosidad que habla de terroir y le imprime, por qué no, un toque brioso a un vino vestido de frac. Conforme avanza, se percibe una linda energía ácida, que le queda muy bien a un vino con mucha presencia. Deja una sensación grasa que permanecerá mucho tiempo en la boca. Una suma de pequeños grandes detalles que evitan que alta gama sea sinónimo de cliché.
«Es un gran vino. Tiene mucha vida por delante, pero ahora también es muy bebible. Eso es lo que buscamos en la bodega: vinos que perduren pero que puedan disfrutarse en el momento», agregó el enólogo.
