Uno de los principales referentes en la elaboración de vinos en la región habla en profundidad sobre el pinot noir. Características de una uva que enamora. Por Nico Visne Leo Puppato es el principal enólogo de Bodega Familia Schroeder. Está desde el día cero y es, junto a la camada de enólogos mendocinos que ayudaron a traccionar la zona y transformarla en un polo vitivinícola, uno de los principales protagonistas de la historia que comenzó a escribirse hace aproximadamente dos décadas. Luego de 19 vendimias, Puppato, integrante de una familia viñatera de tradición, llegó al valle para ayudar a levantar la historia de la bodega Familia Schroeder, en este ping pong, reflexiona sobre una de las cepa característica de la región, multipremiada en el mundo y reconocida internacionalmente. – ¿Por qué nos gusta tanto el pinot?El que lo prueba se enamora, es una variedad muy linda para entrar al mundo del vino. Antes los vinos eran mas alcohólicos, más pesados, y el pinot es toda suavidad, es muy femenino al momento de entrar a la boca, son todas sensaciones lindas, muy frutales en la nariz, en la boca, siendo un vino muy complejo, es una variedad que se puede tomar tinto y un poquito más fresca lo hace más entrador. Ha ido creciendo su consumo, nosotros nos hemos especializado en pinot noir. Mis especializaciones y cosechas fuera del país tienen que ver con pinot. Y a partir de eso hemos diseñado una bodega de pinot dentro de la bodega especialmente para la producción de esta cepa. La zona tiene las mejores características de suelo y clima para elaborar, cosa que en Mendoza no las tiene.– ¿Qué diferencias hay entre el pinot patagónico y el mendocino? Son dos cosas diferentes. El patagónico, que no es solamente el neuquino el que sobresale, los nuevos emprendimientos en Chubut tienen cosas muy interesantes, sin bien son proyectos chicos, y no tienen toda la estructura para elaborar, he podido probar y son geniales. Hay un parámetro de acidez que no lo tenés en otro lado, quizás en algún lugar de Valle De Uco. Las bodegas y los técnicos nos buscan mucho, vienen a probar nuestros pinots, a comprar uvas. Creo que el lugar es la patagonia. En todos estos años que llevo las cosechas han sido todas muy parejas.En Mendoza es muy fluctuante, por ahí tenés un año bueno y otros no tanto. Puntualmente acá es mucho más estable la cosecha y son más fáciles de llevar hacia adelante. – ¿Cuál fue el primer pinot patagonico que probaste? El primer pinot fue de Bodega Del Fin Del Mundo, cuando vine a la región ellos ya tenían un año establecidos y Marcelo Miras, su enólogo en ese momento, ya había podido elaborar uno. También en una prueba piloto y lo probé. Vi un pinot robusto comparado al que hacíamos en Mendoza, yo en ese momento estaba en Chandon y estábamos desarrollando Terrazas, elaboramos ahí con microvinificaciones. Ninguno con esa robustez de poder dejarlo macerando con taninos agradables. Cuando no está maduro en un todo el pinot, el hollejo, la semilla, inclusive hasta el escobajo vas a tenér cosas negativas más que positivas. Pocas partes del mundo se pueden dar el lujo de hacerlo. Aquí en patagonia madura en un todo. – ¿Cuál fue el primer pinot que hiciste? A diferencia de las otras bodegas de la zona, nosotros fuimos los últimos en inaugurar. Yo les insistí en esperar un poco y tratar de no salir con un vino de línea, sino salir con uno reserva y así fue como nos conocieron con la línea Select. Fue el primero que hicimos, estilo Select y sacó una medalla en la primera feria donde nos presentamos. Recién lo habíamos colocado en la barrica, y terminamos poniendo las etiquetas en la feria. Yo elabore ese pinot select e hice dos con una parcela muy especial que hoy es el cuartel 21, está frente a la casa del encargado cuando entrás a la bodega, ese es un lugar justo en el medio, si bien es de selección masal, es un pinot estupendo, que tampoco sabemos bien que es, hay puede haber de todo. La conjunción que da ese vino es muy compleja y de ese mismo cuartel al principio saqué dos o tres barricas ese mismo año y las hicimos luego con otro malbec , primer pinot-malbec que hoy es de la línea Familia Schroeder. Dió mucho que hablar ese vino y luego en el mundial de pinot noir tuvo un doble oro. – ¿Qué diferencias hay entre estos pinot y los que hiciste al principio? Los vinos que hacíamos siempre fueron un poquito más robustos porque la enología es un poco así. Todos estábamos con un paladar argentino de vinos más tánicos, siempre con un color subido. También con más madera, usábamos más en los blend y eso se amesetó un poco y luego fue cayendo, porque el mundo fue virando hacia la fruta. Comenzaron a sobresalir los más livianos, los frescos y frutales en relación a los de mayor estructura. La gran diferencia en la enología de argentina es que antes elaboraban sin salir a escuchar que te decían al otro lado, era raro que un enólogo viajara a una feria a Europa. La nueva modalidad de la enología fue el gran cambio, uno se va adecuando a lo que el mundo va pidiendo. El enólogo tiene que tener ese feedback y escuchar a los clientes, importadores, en las ferias probar los vinos de afuera, ahí vas conduciendo el viñedo y vas adaptando todo para adecuarte. Hay que viajar, tratar de hacer dos cosechas en el año, ver lo que se hace bien y ver lo que se hace mal. Se viró mas hacia la fruta y menos a la estructura. – ¿Qué significó ser premiados este año en el mundial de pinot en Suiza? El mundial de pinot dentro del varietal es lo mas groso que hay. Te medís justamente con todos los pinot del mundo. Hubo más de 300 bodegas, 1600 vinos que se probaron con un jurado muy serio entre 30 y 40 degustadores de todo el mundo. Cuando tenés un buen puntaje, arriba de los 92 puntos quiere decir que a todos les gusto arriba de los 90 puntos. No siempre se da. Hay muchos factores, tenés que ver como entró en ese grupo. Fue un premio muy lindo para todo el equipo, para toda la zona, fue el único pinot noir de Argentina y más para patagonia. Poder estar presentes con ese vino fue una satisfacción para todo el equipo. El trabajo es de todo el equipo. El enólogo siempre recibe la primera felicitación y es muy incómodo, siempre los eslabones de la cadena son claves. El equipo es clave, hay un trabajo de todos los integrantes que se ha ido formando con los años y que agradezco mucho. Es muy difícil, no estamos en Mendoza para tener gente disponible. Acá hay que formar, adecuar a la gente que viene de afuera. Ya tenemos un equipo que trabaja hasta el final y estamos muy felices porque es un reconocimiento. – ¿Qué es lo que más te gusta del pinot? A mi me gusta lo difícil, me gusta que es difícil producirlo en la viña, mirando el clima todo el tiempo, viendo si le ponemos tela para la radiación el año que hace mucho calor. Si deshojamos, si hace falta sol…es una variedad muy compleja. La elaboración es difícil, es un producto a oxidarse rápido a ponerse marrón a perder complejidad de aromas. Siempre hay que estar más arriba. 18/11/2020 fuente